Aldama es reconocida por ser la capital ganadera del estado, sin embargo esta localidad tiene mucho más que ofrecer. Sus caminos verdes encierran uno de los tesoros mejor conservados de Tamaulipas: la ruta de los cenotes.
Localizados en el ejido “El Nacimiento”, la Poza Verde y el Zacatón han deslumbrado a propios y extraños por los misterios que albergan sus entrañas, desde profundidades incalculables hasta las aventuras de buzos que han emprendido viajes hacia sus centros, algunos con éxito y otros dando lo último de sí mismos para conquistar el fin.
De este último, el Zacatón, imponente y majestuoso, ostenta las colosales dimensiones de 99 metros de diámetro y más de 319 metros de fondo. Como parte de las exploraciones realizadas por la NASA rumbo a la futura Misión Europa Clipper, que pretende llegar a Júpiter, los especialistas han iniciado parte de sus pruebas en este cenote tamaulipeco, logrando que un robot descendiera los más de 300 metros, operación que no obstante se encontraba muy lejos del fondo, pues aseguran que esta sima persiste mucho más abajo.
Cuentan los guías y los archivos históricos que en el año 1994, un Buzo experimentado de nombre Sheck Exley, descendió por las aguas de El Zacatón, acompañado por su colega Jim Bowden, quien abortó su cometido al notar que su gas se había terminado. Sin embargo, la tenacidad y veteranía de Exley, con entonces 45 años, lo motivó a continuar bajando hasta alcanzar los 276 metros, momento que marcó un récord para los investigadores.
La anécdota despertó el interés de la comunidad investigadora, que ha encontrado en el centote más profundo del mundo, un sitio de exploración que asemeja la densidad del espacio exterior, pero sin salir de la tierra.
Pero no todo es objeto de estudio, ya que esta caverna subterránea también ofrece actividades recreativas para sus visitantes. Desde kayak, snorkeling y remo, hasta natación para los más experimentados, todo con equipo profesional y coordinado por operadores locales que salvaguardan la experiencia de cada viajero. Adicionalmente, hay espacio para relajarse en sus orillas, disfrutar de tiempo en familia o con amigos, mientras la frescura del agua y la vegetación, regalan dosis inagotables de aire puro.
A 400 metros, se localiza otra de estas formaciones volcánicas, más pequeña pero igual de sorprendente. La Poza Verde, es más extensa en su diámetro ( 125 metros), sin embargo menos profunda (45 metros) y por consecuencia más concurrida para el esparcimiento. En ella, se practican actividades acuáticas y es favorita para el buceo, gracias a que carece de filtraciones de agua subterráneas, lo que permite una gran visibilidad a través de sus aguas cristalinas y tranquilas, por lo que no será extraño ver desde jóvenes aprendices hasta consumados expertos en este deporte.
En ambos casos, la oferta turística cuenta con alojamiento, desde campamentos en la playa de Barra de Tordo, a tan solo 3 kilómetros de allí, hasta hospedaje en ranchos y cabañas, de los cuales se puede obtener información en la Presidencia Municipal. Para mitigar el hambre, las delicias gastronómicas no pueden faltar, pues las gorditas, tacos de barbacoa y mariscos son parte de los imperdibles que Aldama tiene para conquistar paladares.
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