Para muchos viajeros, Irapuato es una parada en la ruta de camino a ciudades como Guanajuato Capital o San Miguel de Allende. Un municipio que figura en el mapa de manera discreta, sin hacer mucho ruido y que difícilmente podría concebirse como un “must go” al momento de emprender una exploración por el estado de Guanajuato.
Sin embargo te puedes llevar una sorpresa mayúscula al explorar La Capital Mundial de la Fresa, y descubrir por qué el apelativo.
La visita a la ciudad puede empezar en el Parador Turístico Peñasola, en Salamanca, donde la adrenalina debe ser el principal ingrediente. Aquí puedes practicar senderismo y rappel.
Sin duda la tan ansiada visita a los campos de cultivo de la fresa, es toda una experiencia. Aquí puedes practicar la pizca, sin embargo antes de poner manos a la obra, los expertos te darán una cátedra que abarca desde la llegada de Nicolás Tejeda, quien introdujo una veintena de matas de fresas a México en 1852, hasta la época actual, donde los macrotúneles hacen algo parecido a la “magia”.
Al concluir la tarea de la pizca, la experiencia sigue con un delicioso almuerzo preparado en su gran mayoría con la fruta de la región.
Pero una visita a la Capital Mundial de la Fresa no podía estar completa sin conocer “La Cristalita”, una empresa 100% irapuatense con 52 años de historia, que conserva su esencia familiar y ha llevado muy en alto el nombre del municipio con sus fresas cristalizadas, con chocolate, mermeladas, y un sinfín de productos que conquistan desde el primer bocado.
Al hacer este tour, puedes también escaparte para hacer una visita a “La Cumbre”, un espacio familiar que invita a la reflexión y al descanso, donde es posible tomar un temazcal, mecerse en sus hamacas, tomar un taller de macetas e incluso alojarse en alguna de sus habitaciones para experimentar esa desconexión tan necesaria.
Otro atractivo es la Presa “La Purísima”, donde además de degustar exquisitos platillos típicos, podrás aprender a tejer cestas de carrizo, labor que ha ido perdiendo protagonismo en las últimas décadas y hoy se enseña con la finalidad de preservarse, de mantener viva.
Puedes tomar una lancha y perderte en la presa. El encuentro más fascinante sin duda, es el que se tiene con el Templo de Nuestra Señora de los Dolores. Una iglesia sumergida desde 1979, cuando la comunidad de “El Zangarro”, quedó sepultada bajo el agua para convertirse en presa y así evitar nuevas inundaciones en Irapuato, como la ocurrida en 1973. Hoy, es posible acceder a ella a bordo de pequeños botes, y cuando el nivel del agua desciende, incluso es posible entrar caminando.
Si aún hay tiempo de seguir disfrutando los atractivos de la región, date la oportunidad de visitar la Hacienda de Corralejo, en Pénjamo, Guanajuato, lugar que vio nacer a Miguel Hidalgo. Esta tequilera ofrece recorridos por sus instalaciones para descubrir el ritual para la elaboración de tan famosa bebida, cuenta con memorabilia en torno al tequila e inmensas galerías repletas de barricas, a su vez que ofrece venta de productos al público para llevar souvenirs únicos.
No podemos negar que la próxima vez que alguien se pregunte “qué hacer en Irapuato”, enseguida responderemos.