Los viajes y nuestra manera de viajar han cambiado los últimos dos años, los viajes en carretera llegaron para quedarse y nos brindan alternativas maravillosas para descubrir nuestro México en cuatro ruedas. Siempre hay un buen momento para manejar y recorrer los rincones del país, rentar un auto y enamorarse con todas las riquezas que hay en nuestro territorio.
Por supuesto que hay road trips para todos los gustos, desde viajes muy largos, por zonas rocosas, en la playa o aquellos que te hacen sentir en un lugar distinto en cada parada.
Cozumel
En un par de días es posible recorrer esta paradisiaca isla de aguas tranquilas y arena blanca. Una de las primeras paradas que se debe hacer es el Parque Nacional Chankanaab donde las iguanas y los delfines son los habitantes favoritos de la mayoría. De ahí, es recomendable partir hacia la zona centro para visitar las Ruinas Mayas de San Gervasio y disfrutar de un panucho o un taco de cochinita pibil en la plaza de San Miguel.
A partir de ahí inicia la ruta hacia Punta Sur, popular por los cocodrilos que viven en la zona y el Faro Celarain, al cual vale la pena subir para apreciar las vistas de la isla y el mar; además de que en su interior hay un museo dedicado a la cultura Maya.
Para cerrar con broche de oro y vivir un poco al límite, es necesario visitar la zona Este donde las aguas son un poco más rebeldes y hacen subir la adrenalina del sistema.
Sinaloa
De punta a punta hay atractivos turísticos que valen mucho la pena, si se va de Norte a Sur, el primer stop debe ser El Cerro de la Memoria en Los Mochis, un templo a los difuntos cuya historia a pasado de generación en generación. De ahí, se puede partir al puerto Topolobampo que esta a 24 kilómetros, en donde se puede recorrer el Malecón, degustar un coctel de mariscos, pasear en lancha y conocer a “El Pechocho”, un delfín que es amigo de todos.
Una parada indispensable en el camino hacia el Sur es la Isla Altamura, famosa por sus playas abiertas y grandes dunas, pero también por ser hogar de aves y otras especies. El camino sigue hasta Culiacán cuyo Jardín Botánico, Parque Las Ribieras y el Mirador la Lomita, serán un must en el camino. Al final, pero no menos hermoso está Mazatlán, donde es muy recomendable quedarse un par de días para disfrutar de sus playas, visitar las Tres Islas y disfrutar de un ceviche o un taco gobernador.
Hidalgo
La naturaleza que impregna es estado de Hidalgo es inigualable y se puede seguir una ruta en forma de espiral; como punto de partida está la Zona Arqueológica de Tula, cuyas esculturas mesoamericanas son un deleite visual. A pocos kilómetros de distancia están Pachuca y Tulancingo.
Huasca de Ocampo y sus hermosos prismas basálticos, te invitarán a quedarte más de lo previsto, sin embargo la siguiente parada es un imperdible, y se trata de las Grutas de Tolantongo, perfectas para relajarse en sus aguas termales. Cerca de ahí está el Parque Nacional Los Mármoles, el cual será el favorito de los amantes del senderismo. Por último, está Actopan, la Ciudad del Convento que te hará volver al centro del estado.
Jalisco
La Ruta del Tequila es una de las más famosas del país y se puede disfrutar desde un automóvil sin estar sometido a un itinerario. Como su nombre lo dice, la ciudad de Tequila es el punto de partida, ahí puedes visitar el museo dedicado a este elixir, casas tequileras para elegir la favorita y el mural de “Las 7 virtudes del Tequila”.
El Arenal, también recibe en sus haciendas a los turistas con los brazos abiertos para ofrecer catas. Amatitán es el siguiente punto y es muy conocido por ser de los más descriptivos en cuando a la historia de esta bebida; otro punto fuerte son las calles del centro que parecen laberinto y están llenas de mitos y leyendas.
Magdalena y Etzatlán son dos poblados que encantan por sus paisajes agaveros que ofrecen. El primero es conocido por su joyería, y el segundo por sus vestigios arqueológicos y ruinas. Ahualulco es el que sigue en la lista y es imposible no deleitar el paladar con sus platillos y admirar sus esferas petrificadas, muy cerca están los Guachimontones de Teuchitlán.
San Juanito de Escobedo marca el final de la ruta que está a las faldas del cerro.