El Pueblo Mágico que habita en la sierra entre bosques con niebla, cafetales, cascadas, cuevas, grutas y helechos gigantes; allá donde los pájaros inician su canto y el propio significado de su nombre lo afilia con la divina ave mítica de las culturas prehispánicas: el quetzal.
Si tu adicción es la adrenalina tírate de la tirolesa, cruzarás el cañón del río Cuichat con 200 metros de largo situada a más de 30 metros de altura; el sonido del agua, el canto de las aves y el viento sobre tu cara harán única esta experiencia.
De calles empedradas, blancos edificios, y cubierta de escaleras que por las mañanas se cubren de niebla como si las revistiera una espesa alfombra blanca. Mientras los rayos del sol despiertan entre sus calles, las mujeres mueven sus nahuas mientras pasan y la niebla se convierte lentamente en olor a café.
Principales Atractivos: Capilla de la Conchita, Casa de la Cultura, Cascada Cola de Caballo, Centro histórico, Cuichat, Mercado de Artesanías Matachiuj, Museo Etnográfico Calmahuistic, Palacio Municipal, Parque central, Parroquia de San Francisco, Santuario de Guadalupe, Tianguis del domingo, Zona Arqueológica de Yohualichan.
¿Qué comer?: acamayas, cecina ahumada, mole, pan, pipián queso, tamales de frijol; prueba el exquíhitl y los tayoyos. Los postres son a base de manzana, plátano, perón y tejocote; y bebidas como vino de café, jobo, maracuyá, y yolixpa, o xoco atol.
Artesanías en el radar: cestería, huipiles, jorongos, morrales, penachos, rebozos y zarapes.